Me quedé asombrada, nunca había visto un lugar tan hermoso después de aquel prado donde había empezado la cacería de James hacia mí.
Una casita pequeña era rodeada por un jardín enorme, cubierto por girasoles, al lado de la casita había un árbol grande, debajo de el podía ver un mantel rojo y una cesta encima. No me lo podía creer ¿había preparado el esto?
-Edward… es… es…- no habían palabras que describieran aquel lugar, intenté aguantar las lagrimas mientras miraba esos ojos dorados que me devolvían una mirada fija con seguridad en ellos mismos.
-Bella… siempre sufres por mi culpa y hoy haré tu deseo realidad- dijo mientras me cogía la cara con las manos heladas como el hielo.
-¿deseo?- ¿no lo veía? ¿No lo entendía? Con eso ya había hecho todos mis deseos realidad, estar a solas con el sin miedo a que algo me haga caer o alguien me haga separarme de el, era lo único que me bastaba en esta vida: Edward.
-lo sabrás esta noche- me había soltado la cara y se dirigía al mantel
-eres malo Cullen- dije de forma que no me oyera
-¡lo he oído!- ¡waaaah! a veces desearía que no hiciera eso. Le seguí, el árbol era muy bonito tenia pequeñas flores, aunque todavía no habían florecido del todo.
Edward no se estuvo quieto en todo ese tiempo bajo el árbol.
-Edward, ¿estas bien? Pareces una mosca- ¿pero que demonios había dicho? Soy tonta
-¿mosca? ¿Me estas llamando molesto?
-¡NO!
-tranquila… estoy inquieto, y es por tu culpa
-¿por mi culpa? Si claro…
-me pones nervioso- dijo con cara inexpresiva, cosa que no me sorprendió
-¿nervioso? ¿Debo tomármelo como un cumplido acaso?
-tu torpeza me cautiva- dijo abrazándome
¿Mi torpeza le cautivaba? ¿Cómo se supone que me tenia que tomar yo eso? No se por que pero ese día a Edward le pasaba algo, hablaba pero de golpe se callaba y se ponía a mirar el cielo, no paraba de suspirar, y cuando dejaba de pensar se levantaba y no paraba de moverse, no se me preocupaba.
-ahora enserio, ¿se puede saber que te pasa? Estas no se como en la luna, ¿hay algo que me quieras decir?
-Bella no te preocupes tanto, ya te lo he dicho estoy nervioso, tu… lo que pasara esta noche… nunca me plantee esta situación
Otra vez ¿Por qué no me decía que iba a pasar? De repente un sentimiento recorrió mi cuerpo, el mismo que siempre me apoderaba cuando me separaban de el. Le mire a los ojos, no, no me iba a dejar otra vez, empecé a pensar, Charlie... ¿podría haber descubierto que estaba con el aquí? Que digo eso es casi imposible, Jacob…tampoco creo que el… bueno no sabría que pensar después de todo son…, Mike… me había visto irme con el muchas veces y sabía que Charlie no aprobaba mi relación con Edward, pero tampoco… ¿Por qué me sentía así? Eso es lo que quería, estar con el y lo tenia a mi lado, abrazándome con tal fuerza que ni una tormenta podría separarnos. ¡Victoria!... ese era uno de mis menores problemas, hacía tiempo que no sabíamos nada de ella, en fin puede que tan solo fuera miedo a perderle.
Las horas pasaron y empezaba a oscurecer, Edward no paraba de repetir “tu deseo se ara realidad esta noche…” ¿a que espera? Ya empezaba a oscurecer, tenia suerte de que Charlie me hubiera levantado el castigo pero… si llegaba mas tarde de medianoche sospecharía de mi compañía y esta vez si que me enviaría a Phoenix sin importar mi opinión.
-no puedo llegar tarde a casa Edward, Charlie se enfadara
-tienes razón, mejor que te lleve a casa- recogió el mantel y lo puso dentro de la cesta, se levantó y me tendió la mano para ayudarme a levantar sin problemas de que me cayera o algo. Su mirada había cambiado de nuevo, ya no sabía si era feliz, si estaba triste o distraído…
-Bella si me miras tanto… me pondré más nervioso
-deja de decir tonterías… esto… ¿me vas a decir cual es mi deseo que tanto repites?
-esta noche- dijo, ya no se cuantas veces repitió aquella frase
-¿vendrás a casa?- pregunté con la esperanza de una respuesta afirmativa
-te lo prometo- poso sus labios en los míos con dulzura y delicadeza- venga, que no quiero que tu padre te mate.
Volvimos al coche, el viaje se izo eterno, y lo agradecí no tenia ganas de salir de allí.
Por desgracia o no ya habíamos llegado, el coche patrulla no estaba y las luces de casa estaban apagadas. Millones de pensamientos me recorrieron la mente, Charlie lo sabía, sabia que estaba con Edward y había mandado a todo el cuerpo que me buscaran… o simplemente había salido a dar una vuelta.
-mierda- medio grité desesperada
-tranquila
-¿tranquila? Edward, Charlie se habrá dado cuenta y ahora todo el cuerpo de policía de forks estará buscándome y…- Jacob… se me cruzó por la cabeza en seguida, no quería que se preocupara
-y Jacob Black se preocupará ¿no?
-¡Edward! No estoy para vuestras peleas ¿vale?-Edward gruñó y apartó la mirada hacia la ventana, no tendría que haberle dicho las cosas así, el no tenia la culpa- lo siento mucho, no quería decir eso… lo siento- las lagrimas se apoderaron de mis ojos nuevamente.
-no llores por favor, tranquila no pasa nada, es tu amigo y lo comprendo, entra y llama a tu padre, nos vemos después-me abrazó mientras me acariciaba la cabeza para tranquilizarme, me secó las lagrimas con sus besos y me ayudó a salir del coche- te quiero- entró en el coche y se alejó hasta que no pude ver el coche.
Entré en casa y como parecía desde afuera no había nadie dentro, me acerqué al teléfono y marqué un número sin darme cuenta a donde llamaba
-¿papá?
-¿Bella? Tu padre no esta aquí- dijo una voz que me tranquilizo en seguida
¡Ay dios! había llamado a Jacob, ¿Cómo podía ser tan tonta?
-perdona Jacob me he equivocado de número
-¿no está tu padre en casa? pero si hace una hora llamó a mi padre…
-no…no está… acabo de llegar y no estaba el coche y las luces estaban apagadas
-¿Qué acabas de llegar? Has estado con el chupasangre ¿verdad?
-Jacob, ahora no por favor, estoy preocupada, tengo que colgar y llamar a mi padre, perdona las horas, adiós.
-…
Supe que quería decir algo pero colgué. Segundos después sonó el teléfono, lo cogí en seguida
-¿si?
-¿estas en casa? Buuf ¿se puede saber donde te habías metido Bella?
-¿papá? Lo siento se me fue la hora
-estabas con el chico de los cullen ¿no?
-no fue culpa suya, lo siento me tenias preocupada ¿Dónde estas?
El teléfono se cortó y escuché como se abría la puerta de casa, era el.
-¡papá!
No hubo respuesta, fui corriendo a la entrada
-papá, ¿Por qué no contestas?
-cariño tenemos que hablar
Su mirada me trajo un mal presagio, no se paró a mirarme y se fue directo a la cocina, le seguí. ¿Qué habría pasado? Dudo que estuviera así por llegar a esas horas con Edward.
-papá ¿Qué ha pasado?- pregunté con miedo y preocupación
-Bella, hija, ¿Por qué nos haces esto?
-¿Cómo? ¿Haceros que? ¿A quienes?- no comprendía nada
-Edward Cullen no te conviene…
-no empecemos con la misma historia papá
-enserio, ese chico tiene algo que no atrae confianza
-¿confianza? ¿Qué sabrás tú? Ya soy mayorcita para cuidarme bien- mentí, la verdad necesitaba que Edward me cuidara cada segundo de mi vida, sin el solo haría estupideces.
-sigo diciendo que no te con…- no le deje acabar la frase, estaba harta de que me vinieran siempre con el mismo cuento
-¡YO SE LO QUE ME CONVIENE PAPÁ Y TE ASEGURO QUE EDWARD CULLEN ES LA PERSONA QUE MAS ME CONVIENE EN ESTE MUNDO! Y si de verdad me quieres, le aceptaras.
-tu lo sabes ¿verdad?, me refiero a lo que es ese chico, un…
No acabó la frase, ¿que iba a decir? ¿Y si lo sabía? ¿Pero como? No entendía nada, la cabeza me daba vueltas.
-¿que es Edward papá? ¿Un chico maravilloso? Lo sé, no necesito tus consejos- dije con lagrimas en lo ojos, no quería seguir escuchando, era imposible que Charlie lo supiera, en todo caso se lo habría explicado Billy o Jacob o no se, pero las probabilidades de que se creyera que el novio de su hija fuese… un vampiro… eran casi nulas.
Se mantuvo un silencio incomodo durante varios segundos que se hicieron eternos.
-haz lo que quieras, pero cuando pase lo que tenga que pasar, recuerda que siempre estaremos con tigo
¡Dios! ¿Qué pasa que todo el mundo se tenía que oponer a mis sentimientos hacia Edward? Ese día que había empezado tan bien se convirtió en una habitación de preguntas sin respuesta, tenía que responder a todo eso si quería estar tranquila.
Bajé para hacerle la cena a Charlie, se me había olvidado y era lo único que podía hacer después de esa discusión, por que pedirle perdón no lo haría, no hasta que aceptara mi relación con Edward.
No me dirigió la palabra, yo por mi parte me limité a prepararle un caldo para que se relajara.
-gracias- dijo cuando se lo puse en la mesa, por lo menos dijo algo
Subí a mi cuarto a esperar a que llegara Edward. Pasaban las horas y no venia, probablemente Charlie no se había ido a dormir y esperaría a que se fuera.
Me quedé dormida mientras esperaba, no veía nada en el sueño solo había oscuridad y muchas voces gritando. La luz se izo, estaba en un edificio, me asomé a unas de las ventanas, estaba en Port Angeles, una multitud de gente esperaba afuera gritando, no parecían nada contentos, no entendía lo que decían, de repente una mano cogió la mía.
-yo te protejo
Era Jacob, estaba distinto, no parecía enfadado.
-Jacob… gracias
Su imagen empezó a hacerse borrosa y empecé a despertar. La imagen era hermosa, el estaba a mi lado mirándome solo a mi, fijamente.
-te quedaste dormida antes de que llegara- se burló
-pensaba que nunca vendrías
-te dije que vendría, pero tu padre hoy a querido quedarse despierto hasta tarde- miraba la puerta fijamente.
-no me hables de mi padre… hemos discutido
-¿Qué ha pasado?
-sigue diciendo que no me convienes, que no eres de confianza…
-puede que tenga razón en que no te convengo
-no digas bobadas… a parte de eso… creo que sabe que eres… vampiro
Su cara quedo más blanca que de costumbre, se apoyo en la pared y no dijo palabra alguna.
-¿Cómo que crees?
-me dijo que seguía diciendo que no me convenías entonces le grite que tu eras la persona que mas me convenía en este mundo y que si me quería tenia que aceptarte…
-¿y?
-entonces me preguntó si yo sabía que tu eras un… pero no terminó la frase, por eso no estoy convencida
-entonces no hay de que preocuparse Bella, cuando te diga el resto de la frase… entonces podremos preocuparnos
-¿pero si lo sabe? Estoy preocupada Edward
-tranquila, no le pasará nada a tu padre, le protegeremos si es debido - me abrazo con fuerza
-bueno… ¿el deseo?- dije apartándome un poco
-acércate…- me cogió las manos y empezó a subirlas hasta mi cara, me ladeó la cabeza. Creo que empezaba a descubrir sus intenciones… no me lo creía ¿Por qué había cambiado de opinión?
Sus besos eran dulces y suaves, iba con delicadeza, poco a poco empezó a abrir la boca, sus dientes perfectos empezaron a rozar mi cuello.
-Edward… gracias
-¡QUIETO!- gritó una voz
Edward se apartó enseguida de mi y se puso de pié, mis ojos no daban crédito, ¿Qué hacía Jacob a estas horas en mi casa… en mi cuarto?
- estate quieto Cullen
Edward se puso delante de mí
- no te acerques a ella
Jacob estaba muy nervioso, su mirada cambiaba continuamente, notaba que no quería transformase en mi casa.
-por favor no gritéis, Charlie se despertará- dije cambiando la mirada continuamente, de Edward a Jacob, de Jacob a la puerta, de la puerta a los dos
-tu padre no esta en casa Bella- dijo Edward
-¿Cómo que no esta?
-se fue antes de que yo entrara en tu habitación
-Está en mi casa, con mi padre, le llamó por que sabía que iba a venir y no quería que viera lo que podría pasar aquí- explicó Jacob- Edward, ¿Qué pasa con el trato? Se supone que no puede morder a un humano, así que ya te estas alejando de ella
Se abalanzo hacia el, no tuve tiempo en reaccionar, cuando quise darme cuenta estaba delante de Edward protegiéndole de mi mejor amigo.
-¡BASTA JACOB! Es mi vida y si me quiero convertir en uno de ellos para estar eternamente con el lo aré y ni tu, ni Edward, ni Charlie, ni nadie me lo impedirá.